viernes, 25 de mayo de 2007

Ahora sólo falta rematarlo

Buenas a todos.

No sé qué poner, pero sé que quiero poner algo. Ahora mismo, en mi interior, se mezclan muchas sensaciones. Y voy a intentar explicaros cada una de ellas.

Quizá la más negativa, por decirlo así es la añoranza. Cada vez que hago algo, pienso que puede que lo haga la última vez como soltero. Ayer cuando llegué a mi casa (que a partir de mañana será casa de mis padres), me quedé mirando la calle como un gilipollas. Hoy cuando me meta en la cama no dejaré de pensar en todas las buenas y las malas noches que he pasado en ella. No penséis mal... Son muchas cosas las que dejo. Se me hará extraño no llevar encima más que unas llaves, porque las otras ya no me servirán.

Otra sensación que tengo es la de incomodidad. Nunca me ha gustado ser el protagonista de nada, y, aunque siempre te dicen que la novia es la protagonista del día, yo creo que es mentira. Es verdad que todo el mundo se fijará en ella, y no me extraña, porque seguro que va guapísima, pero yo también lo soy, y me da un palo tremendo ver la cantidad de gente que se ha movilizado y que se ha ilusionado por este día.

Una sensación más: Miedo. Miedo a no estar a la altura de toda esa gente y, sobre todo, miedo a una nueva vida. Probablemente la gente que ya esté viviendo fuera de casa de sus padres pensará que soy un gilipollas. Que con la cantidad de veces que he dicho que me quiero ir de casa, ahora voy y me entra el canguelo. Pues sí. Me entra.

Pero esas se quedan en nada comparadas con las otras dos que hay dentro de mí. La primera es la expectación. ¿Como será el día de mi boda? ¿Cómo será el traje de Maria? ¿Qué sorpresas me tendrán reservadas? ¿Cómo se me dará el vals? ¿Echaremos un pol.... En fin, muchas sorpresas y un gusanillos ahí en el estómago.

Y la principal es, como no, la ilusión. Ilusión por convivir con la persona más maravillosa que he conocido. Ilusión por despertarme el resto de mi vida a su lado. Ilusión por no tener que volver cuando estamos los dos echados en el chesslong. Ilusión por llegar a mi casa, a mi casa, y poner la lavadora, tender la ropa, sentarme a ver la tele y esperarla para ponernos de acuerdo en qué hay que cenar. Ilusión por hacer el cuadrante de comidas de la semana. Ilusión por aprender a hacer lentejas...

Ilusión de ver que aquella decisión del 6 de junio del 2000 fue la decisión más importante de nuestras vidas.

Gracias por haberme leído durante estos 81 días.

Prometo contaros lo que viví el día de la boda y el viaje.

Un abrazo muy fuerte.

Hasta mañana.

El novio.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Y dale! Por que no os tirais en el sofa, en lugar del chesslong? no ves que eso es para jugar al ajedrez? joerrrr

Bueno, si alguien quiere las fotos en exclusiva del magno evento, que me escriba a fguirao@obralia.com

Y si alguien me puede decir la direccion de yahoo del novio tambien, que la perdi al cambiar de maquina y no se si es .com o .es, y no me gustaria mandar las fotos a algun desconocido...jejeje

Unknown dijo...

Y la boda estuvo de puta madre, aunque suene poco romantico jejejej

Me guardo el resto de comentarios y anecdotas para cuando vuelvas y escribas algo aqui ;)

Alvarito dijo...

Bueno, yo ya tengo las exclusivas fotos de Paco (especialmente chula la que nos sacaste después de la comida) y le he pasado la "dirección de yahoo del novio", así que eso está solucionado. Coincido en lo de la boda: lo pasé muy bien.

Ahora, Rubén, sólo me queda una duda: cuando dices "yo también"... ¿te referías a "yo también seré protagonista" o a "yo también iré muy guapo"? Sólo para que conste...

Eeeeeen fin, por mi parte tengo que decir que ha sido interesante leer tus comeduras de tarro durante estos meses pero, ¿ves?, al final todo sale bien: da igual si haces o no un mapa del restaurante porque nadie lo lleva, da igual si comemos esto o lo otro porque ya no nos cabe, y da igual a qué local vayamos de fiesta porque estuvimos casi toda la noche en la calle..... esperándoos (jejejejeje, para eso era vuestro día :-)).

Me quedo con lo aprendido: no juntaré a amigos míos que no se conocen de nada en torno a una mesa, porque saldrán anécdotas que puede que no quiera que se sepan. También me quedo con la imagen de ver cómo entrabais abrazados a casa (el privilegio del taxista). Y por último, me uno a la primera frase de Paco ¿¿por qué no os tiráis en el SOFÁ??