Hoy sólo quedan 73, pero estamos algo atascados

Hola chicos,

Hoy no me encuentro tan animado como otros días. Ayer no tuvimos ni buenas ni malas noticias, sino todo lo contrario.

Como os dije, vinieron a medirnos, y hay que cambiar algunas cosas. El mueble no puede ser como nos dijeron y el canapé, probablemente, no puede ser de madera, sino que tendrá que ser de polipiel. De calidad yo creo que son iguales, pero a Maria le gustaba más el otro. Y el mueble, pues aunque va a quedar bien de todas maneras, ya nos habíamos hecho a la idea del anterior. Por contra, tanto para las mesillas, como para el cabecero, chesslong y mesa hay sitio de sobra. Algo es algo. Lo malo que es tenemos que ir a partir del viernes a hablar con ellos, y Maria el viernes no puede salir antes, el sábado y el domingo tenemos convivencias (sí, justo ahora) y el lunes tampoco puede salir antes. Eso es lo que menos mola. Empiezo a darme cuenta de que no puedo con todo. Y no quiero que Maria se agobie, porque entonces...

Luego, además, también vemos que las invitaciones nos va a costar hacerlas, porque requiere tiempo. Tiempo que no tenemos. Boda, piso, trabajo y todo lo de jóvenes (grupos, convivencias y pascua) para dos personas. ¿No vale el talonario Bancotel para esto?

Y, además, para más inri, llamé al hijo de Pedro, el que va a hacer de fotógrafo, y no me cogió el móvil. Hoy volveré a llamarle, pero me hubiera gusto arreglar algo en todo el desaguido de ayer, porque tampoco encontré un mapa convincente para el km. 44 de la Antigua Carretera de Andalucía, que es donde está el salón. Tendré que buscarme la vida.

Hoy me encuentro muy negativo. Estancado. Pero para ponerle algo de peso al tema de hoy, he recordado que hubo un momento en que Maria y yo también nos quedamos estancados. Fue un tiempo después de volver del Camino. Coincidiendo con unas encuestas que ella y yo hicimos, por separado, para El Corte Inglés. Yo las hice en Arapiles y después de Goya y ella todo el tiempo en Goya. Bueno, digamos que nos dimos cuenta que amigos, amigos iba a ser complicado seguir siendo. O íbamos más adelante o esto se atascaba. Durante un par de semanas (en uno de esos días, gracias a mí, ciertas personas vieron el peliculón de 'Vampiros de John Carpenter) ocurrieron muchas cosas que al final, gracias a la ayuda de muchos de vosotros, acabaron afianzando una relación que tuvo en ese tiempo un grave riesgo de no comenzar. Lo que pasó entre ella y yo quedará para nosotros, pero creo que gracias a algunos de vosotros, esas dos semanas no dieron al traste con la boda de dentro de un par de meses.

¿Te acuerdas, Maria, aquella conversación en tu casa, aquella en el parque de enfrente, etc...? Pues si de esa salimos, de esta también.... ¡Ya verás!

Y os pongo una canción que pegaba un montón en esos momentos. Iba a poner otra, 'Llamando a la tierra' de M-Clan, pero me parece de mal gusto, ya me entendéis, con lo que pongo otra que también pegaba, menos, pero me recuerda ese tiempo que estuvimos tonteando y casi nos lo cargamos. Además, estuvimos en un concierto de ellos que fue cojonudo y Maria me regaló el CD por aquel concierto. Ella no estuvo, pero a mí se me quedó grabado.

La Lola
(Café Quijano)

Se llama Lola y tiene historia,
aunque más que historia sea un poema.
Su vida entera pasó buscando noches de gloria
como alma en pena.

Detrás de su manto de fría dama
tenía escondidas tremendas armas,
para las batallas del cara a cara
que con ventaja muy bien libraba.
Le fue muy mal de mano en mano,
de boca en boca, de cama en cama,
como una muñeca que se desgasta,
se queda vieja y la pena arrastra.
Óyeme mi Lola, mi tierna Lola,
tu triste vida es tu triste historia.
Pero qué manera de caminar,
mira qué soberbia en su mirar.
Óyeme mi Lola, mi tierna Lola,
tu triste vida es tu triste historia.
Pero qué manera de caminar,
mira qué soberbia en su mirar.
Óyeme mi Lola...
Fue mujer serena
hasta el instante de entregarse presta a todos sus amantes.
Es tiempo de llanto, es tiempo de duda,
de nostalgia y de tu locura.
Tienes el consuelo de saberte llena
de cariño limpio y amor sincero,
por que nadie supo robar de tus besos
eso que hoy te sobra y que nadie añora.
Óyeme mi Lola, mi tierna Lola,
tu triste vida es tu triste historia.
Pero qué manera de caminar,
mira qué soberbia en su mirar.
Óyeme mi Lola, mi tierna Lola,
tu triste vida es tu triste historia.
Pero qué manera de caminar,
mira qué soberbia en su mirar.
Óyeme mi Lola, mi tierna Lola,
tu triste vida es tu triste historia.
Es el tiempo de la arruga que no perdona,
es el tiempo de la fruta y de la pintura.

Me despido con la esperanza de que mañana todo vaya mejor.